Los patrones de violencia socioambiental son las expresiones de los elementos, cuerpos y entornos de la naturaleza (como el agua, el bosque, la tierra), que reflejan el impacto del conflicto armado, e identifican la magnitud, la frecuencia, la forma y los responsables de los daños causados en la naturaleza en el marco del conflicto armado interno.
Los patrones han surgido de las entrevistas a diferentes pobladores del territorio, y se han agrupado en las afectaciones hechas al agua y fuentes hídricas, los bosques, la tierra, así como el impacto en las actividades económicas, la seguridad alimentaria y el tejido social. A partir de las voces de las comunidades que habitan el corredor Perijá Zapatosa, se quieren conocer los daños y las afectaciones generadas a la naturaleza, en el marco de escenarios violentos, convirtiéndola en víctima y en sujeto que sufrió la guerra. En este contexto, se quiere dar voz a la naturaleza escuchando las voces de los que vivieron con ella la violencia.
Las voces que escuchará a continuación hacen referencia al agua como centro del conflicto armado
Las voces que escuchará a continuación hacen referencia a la deforestación como centro del conflicto armado
Las voces que escuchará a continuación hacen referencia al tejido social como centro del conflicto armado
Las voces que escuchará a continuación hacen referencia a la seguridad alimentaria como centro del conflicto armado
Las voces que escuchará a continuación hacen referencia a las economías como centro del conflicto armado.
Las voces que escuchará a continuación hacen referencia a la tierra como centro del conflicto armado
El agua es esencial para la vida. Es en ella, que se sienten los daños al planeta, a los mares, a los ríos y a los diversos sistemas acuáticos. De ella dependen la agricultura, la ganadería, la minería y los medios de vida de las comunidades. En el corredor Perija-Zapatosa, se suma la riqueza hídrica producida en la Serranía del Perijá con el flujo de agua del humedal más grande de América Latina como lo es la Ciénaga de la Zapatosa. En este gran corredor en el cual fluye el Rio Calenturitas, el agua se ha visto amenazada, disminuyendo los flujos hídricos y siendo contaminada por diversas fuentes. En el corredor Perijá Zapatosa, se han desatado una variedad de conflictos por el agua que, en primera instancia ponen en vilo a las comunidades al no contar con el recurso para su sustento, y en segundo lugar, afectan los sistemas productivos y la sostenibilidad de este gran ecosistema hacia el futuro.
Los bosques producen bienes y servicios ecosistémicos vitales para la sostenibilidad de la gente. De los bosques se producen el agua, el oxígeno, y materiales que sirven para la construcción, la alimentación y la medicina entre otros. En el marco del conflicto armado los bosques se han visto afectados por la deforestación por talas y quemas, el cambio del uso del suelo por la expansión de la frontera agrícola y la disminución de la biodiversidad. Esto a su vez ha afectado los medios de vida y la estabilidad de los ecosistemas, y ha generado emisiones de cambio climático de manera creciente.
El tejido social es un elemento fundamental para garantizar la gobernabilidad y el bienestar de los habitantes en el territorio. Éste refleja el grado de pertenencia, solidaridad y cohesión existentes entre los habitantes de Perija-Zapatosa. El conflicto armado generó grietas en el tejido social de las familias y las comunidades de este territorio, representado en varias dimensiones como la pérdida de confianza, el establecimiento del miedo como regulador social, la normalización de la violencia y la ruptura de la conexión entre el ser humano y la naturaleza. Los ecosistemas están intrínsicamente relacionados a las sociedades que pueden vivir en armonía entre sí mismas y con su entorno natural. Por tanto, la pérdida del tejido social ha impactado su relación como comunidad por la naturaleza, como se puede observar en las diversas voces.
De acuerdo con la FAO, existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico y económico a suficientes alimentos, inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos, a fin de llevar una vida activa y sana. A su vez, sin el derecho a la alimentación no puede asegurarse ni la vida, ni la dignidad humana, ni el disfrute de otros derechos humanos. En este contexto, el conflicto armado afecto tanto la seguridad alimentaria como a la posibilidad de las comunidades de producir sus alimentos y de garantizar una vida sana y saludable. El cambio en el uso del suelo, los desplazamientos forzados, la intimidación en lo que se hace y se produce y la falta de acceso a mercados agropecuarios generó una desconexión entre los habitantes del corredor con la posibilidad de producir alimentos para su propio sustento en simbiosis con la naturaleza y su propia salud.
En el marco del conflicto armado, las comunidades vieron afectadas sus actividades económicas, afectando sus posibilidades de vivir de actividades sostenibles y en armonía con la naturaleza. Se afectó la posibilidad de desarrollar emprendimientos rurales basados en la naturaleza como el manejo de bosques de manera sostenible, actividades agropecuarias sostenibles y la transformación de productos y el desarrollo de servicios para mantener sus medios de vida. La violencia socioambiental afectó las vocaciones económicas tradicionales y generó la desarticulación de la economía campesina.
La propiedad de la tierra ha sido un factor estructurante del conflicto armado en Colombia. Las comunidades campesinas y afrocolombianas tenían una visión colectiva del territorio. Con el paso del tiempo, se fue privatizando y con la llegada de los grupos armados se agudizó el conflicto por la tierra, concentrando la propiedad y transformando la vocación de los suelos. La falta de acceso a la propiedad de la tierra y el desplazamiento forzado generaron un desarraigo a la tierra y a la lucha por protegerla así como un cambio socioeconómico para lograr conservar y restaurar los ecosistemas y las sociedades.