Cambio en el uso del suelo

«Aquí el retorno ha sido muy espontanea. Se ha dado que muchos otros han empezado a colonizar tierras y eso es muy difícil controlarlo. La presión sobre el recurso natural ha estado muy álgida. Aquí lo que se ha dado principalmente ha sido la deforestación,

deforestar para vender la madera, para establecer pasturas y el establecimiento de ganadería,

ese es como el ciclo y ya ahí quedan estancados

«El medio ambiente también ha sido un matiz de generación de violencia que se ha dado por poder, porque el que tiene la tierra la utiliza porque la quiere tener para él, pero no para todos.

Entonces yo tengo mi tierra y yo quiero tener mi ganadería y no me importa si esa ganadería mía va a afectar el terreno donde está el otro, el olor, la contaminación de los ríos que perjudica tu salud. Pero como yo tengo mi acueducto, el agua mía es purificada, entonces no voy a ver el residuo de lo que yo contamino.»




«Mira antes en el choco donde yo estuve 4 años trabajando seguido yo iba de un corregimiento a otro, íbamos a caballo y pasábamos como por 12 – 14 fincas estaba el señor que te invitaba a tomar naranjas, el que te invitaba a mazamorra.

Ahora, es una sola finca en todo el camino, y que hay… ganadería.»




«Con el desplazamiento se desprende que en una parte del campo se queda más vacío como consecuencia de ello se acaparan territorios, la ganadería se vuelve mucho más fuerte. Por otra parte, las ciudades también no están preparadas para recibir todo ese montón de gente entonces ahí surgen todas las consecuencias que tiene eso.

Tenemos una gente que está acostumbrada en su parte mayor a vivir en el campo que cuando se encuentra en la ciudad tiene que cambiar muchas cosas

y pasa que las ciudades tienen que tener alcantarillado para más gente tienen que tener agua para más gente con todo lo que esto trae de consecuencia para los ríos y para el ambiente.

Entonces yo creo que fundamentalmente el conflicto es lo que tiene que ver con el desplazamiento [y las consecuencias ambientales que eso conlleva].»

«A los indígenas les han sembrado ilícitos o han sembrado ilícitos y lo hacen por necesidad, tampoco es que eso les de dinero, a los grandes sí, pero a ellos no, los indígenas lo hacen por sobrevivir.»

«El banano en cierto modo también desplazó muchas familias, algunos llegaron con grupos armados para que la gente vendiera y saliera de sus tierras y, no en vano,

este municipio (Carepa) que tiene alrededor de 37 mil Ha de su territorio, 10 mil Ha están en banano y eso tiene un impacto directo  sobre el medio ambiente brutal.»




«Después en los años 70 empezó el tema de la ganadería extensiva ya más hacía el norte hacía la zona de Necoclí y central de Urabá,

y nuevamente muy similar con la agroindustria bananera está muy relacionado con el tema de la deforestación por buscar espacio para los cultivos para los potreros,

esto es una serie de eventos que hubo que en efectos técnicos de falta de planeación del estado que no visualizó, no planificó de manera adecuada el crecimiento y la vocación de la región referente a los ecosistemas y los recursos naturales que habían la región del golfo de Urabá.»




«En el 69 ya llegaron los gringos a sembrar banano y llegó otra cultura.

A uno la economía le cambia el lenguaje de la identidad. Aquí todo el mundo hablaba de cosas bacanas del mar, de la ceiba… [Con la llegada de las empresas bananeras] entonces ya uno entendía el lenguaje del banano “rabucar, sembrar, enchocolar”.

Después entendía el lenguaje sindical, después el lenguaje guerrillero y se fue cambiando la identidad de la gente. Hoy hay una especie como de acople, estamos en una aparente paz. Pero aquí como del 84 al 95 eso si fue una violencia muy grave.»

«Teníamos una definición de lo que pasaba en el territorio mucho mejor que las demás autoridades, las demás autoridades hacían lo que se hacía por ley, nosotros lo estábamos haciendo distinto, como la articulación institucional incentivaba a los usuarios a otras formas de uso forestal. De ahí entramos a fortalecer mucho los instrumentos. Hicimos el primer ejercicio en territorio indígena. Teníamos que montar parcelas, y las historias que nos decían los muchachos digamos que eran historias absolutamente difíciles.

En algunas partes [se podían hacer las parcelas], pero habían otras partes donde los muchachos veían y tenían que salir corriendo porque estaba lleno de coca y se sabía que ahí no podían hacer nada era muy pesado, y los indígenas inclusive siempre hicieron muchas reuniones institucionales para poder pedir apoyo,

para decir miren en el territorio nuestro hay cultivos de coca y no son nuestros y nos sabemos cómo sacarlos.

El ejército les decía,

vea díganos dónde y nosotros vemos cómo sacarlos, pero díganos dónde.

Y ¡no! por un tema de derecho al territorio todo quedaba como en stand by porque los mecanismos que teníamos no permitían accionar. Era un tema de -ahí están y no puedo sacarlos- entonces era un tema muy complicado.»